El día de ayer nuevamente hice un ascenso al albergue Piedra Grande en las faldas del Citlaltépetl. Un día especialmente nublado, húmedo, frío y nevado. Como siempre es maravilloso estar en contacto con la naturaleza, mucha gente no comprende o disfruta el volver a las raíces.
En mi ideal he considerado que volver a la naturaleza, aunque sea en forma de visita rápida, es encontrar un punto de tranquilidad, como si se cerrara un círculo que nos permite dar un suspiro largo para retomar el aire y continuar. Lo equiparo con el corredor que tiene que completar vueltas en una pista, el volver a la naturalez